El clima, claramente, no acompañó al inicio del último fin de semana largo de la temporada, pero a pesar de la persistente lluvia del viernes y sábado, la afluencia de visitantes que registra la ciudad por estas horas se ubica entre las más altas del verano, a la par del mejor tramo de enero.
Afortunadamente, ayer las condiciones meteorológicas presentaron una notable mejora desde bien temprano. Fiel a su
impronta natural, Mar del Plata pasó de la tempestad, con alerta, calles anegadas y precipitaciones constantes que obligaron a postergar eventos programados por los festejos por los 150 años, a un domingo ideal para disfrutar al aire libre.
impronta natural, Mar del Plata pasó de la tempestad, con alerta, calles anegadas y precipitaciones constantes que obligaron a postergar eventos programados por los festejos por los 150 años, a un domingo ideal para disfrutar al aire libre.
Las precipitaciones mermaron a la madrugada y la ciudad amaneció completamente soleada. La temperatura alcanzó ayer los 26 grados y la ciudad vivió un domingo espectacular, con playas colmadas de visitantes y marplatenses desde la primera hora.
De norte a sur, la arena de los distintos balnearios se cubrió de personas que aprovecharon este día soleado, con cielo despejado y agradable calor. Desde bien temprano, como para compensar el tiempo no aprovechado junto al mar, las playas fueron llenándose de sombrillas, reposeras y todo el color del verano, como si las 48 horas previas de lluvia no hubieran sucedido.
Algunos turistas pasaron de la campera y el paraguas al protector en cuestión de horas. Las buenas condiciones se mantuvieron a lo largo de la jornada, lo que permitió que miles de familias pudieran disfrutar de la arena, el sol y el mar hasta el atardecer.