En el partido de ida por la llave de la Copa Sudamericana, en un encuentro disputado en el Gigante de Arroyito, el elenco rosarino se impuso al de Porto Alegre por 1 a 0 con tanto convertido por el colombiano Campaz, en el comienzo de la parte complementaria. La vuelta será el próximo martes en Brasil.
Central e Inter jugaron unos primeros '45 minutos con intensidad, con dientes apretados, disputando cada pelota, con mucha entrega y poco fútbol. El trámite del encuentro fue parejo en la primera etapa, con una llegada clara por lado y dominio repartido.
Al Canalla le costaba generar juego, Russo decidió jugar sin enganche, a pesar que durante toda la semana se especuló con el ingreso de Malcorra, paró un clásico 4-4-2, con dos volantes centrales, Ibarra y Martínez y dos extremos, Lovera y Campaz. Adelante, Ruben y Copetti lucharon mucho, pero nunca fueron asistidos para generar situaciones de riesgo para el arco defendido por el uruguayo Rochet.
El elenco visitante llegaba con varias ausencias y mucho más ritmo futbolístico, ya que el brasileirao está en plena disputa y en plena competencia. Además, si a eso se le suma el buen trato de balón de todo elenco brasileño, el fútbol fluía mejor para los de camiseta roja, que estrellaron una pelota en el palo de Broun con un disparo desde afuera del área tras una jugada combinada que bien pudo haber significado el primero.
Sin enganche y con laterales confundidos, al Canalla le costó horrores generar peligro, sólo una vez el arquero visitante tuvo que esforzarse para desviar un remate débil pero esquinado de Caramelo Martínez, que tomó un rebote en el área chica y lo convirtió en algo parecido a una ocasión de gol, muy poco, rendimientos muy bajos y un planteo equivocado. Amontonar delanteros nunca resultó eficaz si no se tiene quien los abastezca. Con aciertos y errores, Coronel trepando por el lateral derecho fue lo más claro que tuvo el conjunto auriazul en la primera etapa.
Lovera, de pésima primera etapa dejó la cancha en el entretiempo y en su lugar ingresó Jonatan Gómez, que le dio aire fresco a Central, entrega, lucha y coraje. Mayo, de cabeza tuvo el primero, pero su remate se fue apenas desviado. Ya se notaba otra actitud, a falta de fútbol al menos la Academia puso coraje, aunque no le sobraba nada.
Desde un despeje de la defensa, Campaz fue a pelearla con el último defensor, apoyó su cuerpo sobre el rival, que perdió la vertical y quedó sólo frente al arquero, definió de zurda y salió a gritar el primero y único tanto del partido. De ahí en más el conjunto de Russo sacó el manual de como defender la ventaja mínima, apeló a todo tipo de artimaña, supuestas lesiones, faltas, salvo esconder balones todo lo otro ocurrió.
Los brasileños se vinieron, acorralaron al Canalla contra Broun y Ruben "metió un gol" sacando la pelota de la línea cuando Broun ya estaba vencido, tras un cabezazo. Luego vinieron cambios, más demoras, alguna ocasión desperdiciada, y no mucho más. Costó demasiado, pero se logró el primer objetivo que fue triunfar para ir algo más tranquilo a Brasil, un gol más hubiera sido ideal, pero al menos se consiguió la victoria.
La defensa se mostró férrea, eso fue un punto importante, los cuatro del fondo aprobaron el examen, los centrales impasables y los laterales fuertes y aportando proyecciones. Quizás el déficit haya estado en el mediocampo, los delanteros corrieron a todos y siempre obligaron. La mejor noticia de la noche sin dudas fue que el colombiano volvió al gol, se lo extrañaba, y una noche Campaz volvió.