La Procuración del Tesoro de la Nación informó que no se utilizaron fondos públicos para la instalación de los caniles para perros de Javier Milei en la quinta de Olivos; y segundo, estableció límites para el acceso a la información sobre "la vida privada" del mandatario.
De esta manera, el organismo que conduce Rodolfo Barra le dio la derecha a la voluntad del Presidente, quien no quiere que se hable de sus perros, una tema que considera parte de su intimidad.
Luego de las múltiples presentaciones que se realizaron para conocer detalles respecto a los perros que habitan en la residencia presidencial y el gasto público que implica su manutención, la Procuración del Tesoro indicó que las solicitudes de información sobre las mascotas no deben ser procesadas bajo la Ley de Derecho de Acceso a la Información Pública, según publicó Página 12.
La resolución aclara que la consulta deriva en las “numerosas peticiones dirigidas a conocer ciertos aspectos vinculados a las mascotas del Presidente de la Nación, tales como, la cantidad, raza, nombre, edad, marca y tipo del alimento que consumen, elementos destinados al cuidado y manutención, incluido su embellecimiento; información vinculada a su estadía en la residencia Presidencial -fecha de ingreso, profesionales afectados a su cuidado pasado y presente, entre otros-, y al origen de los fondos con los que se solventaron las obras destinadas a su alojamiento (caniles)".
En enero de este año, el Presidente mismo difundió en redes sociales imágenes del avance de las obras de los caniles para sus perros en la Quinta de Olivos, si dar mayores especificaciones acerca del gasto de dicha estructura y origen de los fondos de la misma, en un inmueble público, del Estado.