Tucumán recibió al presidente Javier Milei con una de las noches más frías del año para celebrar los 208 años de la Declaración de la Independencia, en el Museo Casa Histórica. Con el acto oficial por la fecha patria también se firmó el varias veces prorrogado Pacto de Mayo junto a 18 gobernadores, en una provincia cuyo gobernador peronista, Osvaldo Jaldo, fue el primero de los opositores en alinearse con la Casa Rosada.
La llegada del Jefe de Estado fue precedida de un estricto dispositivo de seguridad que generó rispideces con manifestantes e incomodidades entre vecinos y comerciantes, en los alrededores del edificio histórico. Milei lanzó así la segunda fase de su gestión, al presentar y detallar los 10 puntos del acuerdo, que tuvo una tibia adhesión.
La celebración se ciñó a la Casa Histórica y Ceremonial de la Presidencia rompió con algunas costumbres. Por ejemplo, tras 22 años ininterrumpidos, desde que el expresidente Carlos Menem, por DNU y en 1991, decidió que Tucumán se convirtiera en capital del país los 9 de Julio, no hubo ceremonia interreligiosa, ni presencia de referentes de agrupaciones gauchas a la hora de cantar a la medianoche el Himno Nacional Argentino.
El control fue tan estricto, bajo la coordinación de la Casa Militar, que el segundo día y cierre de la Gran Fiesta de la Independencia, en la explanada de la Casa de Gobierno, terminó a las 21 con la actuación del Chaqueño Palavecino. La desconcentración de la multitud fue lenta, lo que derivó en roces con personal policial.
Alrededor de las 23.25 estuvieron todos los invitados sentados frente a la fachada de la Casa Histórica y el presidente Milei se hizo esperar. Uno de los momentos más emotivos fue cuando ingresó a ocupar su lugar el exsenador Esteban Bullrich, quien padece de la enfermedad neurodegenerativa ELA. Todos se pusieron de pie y aplaudieron.
La noche helada fue amenizada con vasos de café para los invitados porque las estufas de pie a gas eran insuficientes. Un minuto antes de la medianoche ingresó al acto el Jefe de Estado, acompañado por Jaldo y ahí arrancó todo.
Unos minutos antes, contó a Ámbito un legislador provincial que estaba entre los invitados, entre los asistentes se preguntaron qué había de cierto de la existencia de detenciones por intervención de las fuerzas de seguridad durante un acto.
En verdad, existieron. Este medio estuvo en la Comisaría 2°, de la capital tucumana, a donde fueron llevados bajo la figura de "demorados", los dirigentes Walter Díaz, del partido PCR; y Daniel Leal, del movimiento social Martín Fierro, por resistencia a la autoridad.
De acuerdo al relato de abogados que se presentaron para asistirlos, el acto se iba a realizar en la plaza San Martín, ubicada a siete cuadras de la Casa Histórica, en Barrio Sur, pero intervino personal policial para desactivarlo.
Se trataba de un festival musical y una feria, convocado para las 20 por organizaciones sociales y partidos políticos, para repudiar la presencia de Milei en la provincia y rechazar el Pacto de Mayo.
Hubo discusiones, ante la negativa de suspender la concentración, que derivaron en empujones y las posteriores detenciones. Pasada la medianoche se esperaba la liberación de ambos, luego de una revisión médica para constatar sus estados de salud. Intervino también para calmar los ánimos y mediar el ministro de Desarrollo Social de Tucumán, Federico Masso.
Quizás por el frío, el estilo de organización del acto y el contenido monocorde y previsible del discurso presidencial, la celebración careció del calor patrio y efusivo que suele caracterizar a encuentros de esta naturaleza.