Por el partido pendiente de la séptima fecha de la Liga Profesional, Unión de Santa Fe, uno de los animadores del torneo venció a Rosario Central por 1 a 0 con gol de Mauro Pittón a los '70 minutos. El arquero del local, el uruguayo Cardozo le atajó un penal a Enzo Copetti '87.
Jugaron un primer tiempo entretenido, de ida y vuelta, disputado y con alguna pierna fuerte y alguna amarilla demás por parte del árbitro Tello. El primero en padecerla fue el juvenil Giménez, que ante un sombrero de Orsini pagó cara su inexperiencia. Campaz, no acostumbrado a la marca también corrió la misma suerte y no se habían jugado ni 15 minutos.
Balboa probó a Broun, Fatu sacó el disparo y Coronel desvió sobre la línea. Caramelo Martínez se sacó un hombre de encima, le quedó para la zurda e intentó colocarla al lado del palo, se fue cerca. Marco Ruben se las ingenió para molestar siempre, tuvo la apertura de cabeza, luego en un mano a mano que se fue apenas desviado, si bien el línea marcó offisde, una revisión del VAR lo hubiera cobrado.
El eterno goleador canalla también se fue amonestado al entretiempo, por llegar un segundo tarde a un cruce. Unión solo la sacó algo más barata en el rubro tarjetas, también se fue al entretiempo con dos hombres condicionados. Buen trabajo de Ibarra, Martínez y Gómez con intermitencias, Central jugó un primer tiempo aceptable, que pudo haber sido con tantos de tener algo más de certeza en los remates.
Central salió algo más arriba en la segunda etapa, y emparejó acciones en el primer tercio del complemento, sin llegar a lastimar, desde que juega con dos 9, cambió esquema, Malcorra ni viajó a Santa Fe, al equipo le falta generación de juego, nadie en la mitad de la cancha se hace cargo de hacer jugar, Jonathan Gómez lo intenta, pero demasiado lejos de la zona de ataque.
El Kili González se la jugó, metió delanteros y sacó defensores, llegó a jugar con tres 9 de área, Torren dejó la cancha y Morales se sumó a Orsini y Balboa. Más tarde ingresó Lucas Gamba, para reforzar más aún el esquema ofensivo. El banco auriazul no se movió, no se reforzó la defensa, se perdió la pelota y cada vez se empezó a recuperar más tarde y más cerca de Broun.
El doble 5 estaba agotado, Caramelo e Ibarra llegaban cada vez más tarde a cortar, perdieron a Pittón, el habilidoso volante la paró, la adelantó para acercarla al área, nadie le salió, midió el disparo y la puso a botín abierto al lado del palo de Broun, para marcar el único tanto del partido. Recién ahí se movió el banco canalla, El Bicho dejó la cancha y le dio lugar a Giaccone, que ingresó demasiado tarde y nada pudo aportar.
Para completar una tarde errónea, Russo decidió sacar a Marco Ruben, que al menos peleaba y generaba faltas y dejó en cancha a un intrascendente Copetti. "Gomito", a pura guapeza y con muchas ganas de no perder, se metió en el área, lo pisaron y Tello, a instancias del VAR marcó el claro penal. Enzo llegó a la pelota, la puso a media altura, abriendo el pie y casi se la alcanzó a Cardozo en la mano, mostrando una displicencia absoluta para tratar de igualar el partido a tres minutos del final.
Central jugó mal, casi como cada vez que lo hace de visitante, nada nuevo. Demasiados jugadores muy lejos de su nivel, pareciera que a muchos de ellos les da lo mismo perder, no se nota actitud, entrega ni sacrificio, preocupa. Marco Ruben se fue puteando al cielo cuando fue reemplazado, estando bien, entero como se mostraba, no tiene sentido alguno que deje la cancha perdiendo, a menos que tenga una lesión o él mismo lo pida, por respeto a su tremenda trayectoria e historial con esta camiseta.
Mañana habrá reunión de la CD y el cuerpo técnico para determinar si el equipo necesita reforzarse. Salvo que la tesorería diga no, este plantel requiere al menos dos o tres jugadores más y quizás buscar otros destinos para otros con su ciclo agotado. En menos de 15 días tiene el clásico y una nueva llave por Copa Sudamericana, esta vez ante otro brasileño, Fluminense en este caso, quizás la suerte de Russo dependa de esos resultados, la perfomance en el torneo local es pobrísima, cualquier otro entrenador sin las espaldas de Miguel, y sin sus pergaminos ya estaría severamente cuestionado o afuera.