Se avecinan las elecciones en el Justicialismo y todo parece indicar que la pretensión de Cristina Fernández de Kirchner de presidir el histórico partido chocarán con las apetencias personales de algunos de sus compañeros, decididos a llevarla a una interna insólita, innecesaria y totalmente fuera de tiempo, considerando el enorme sufrimiento de la gente en un momento en el que la mitad del país es pobre, y la derecha arrasa con leyes laborales, haberes previsionales, y amenaza con encarcelar a la ex dos veces presidenta de la Nación, entre otros cargos.
"Cristina es Messi", dijo hoy el Chivo Rossi, dejando en claro de que lado va a estar en la supuesta e insólita compulsa, mientras varios de sus compañeros arman, juntan avales, roscan y juegan a ser dirigentes "de peso", aún a sabiendas que los libros de historias no hablarán jamás de ellos, y que si no fuera por Cristina, la gran mayoría no hubiera tenido el protagonismo que hoy tienen, ni los bienes probablemente. Preparados para morder la mano de quien les dio de comer, listos para saltar el cerco, decididos a confrontar con el kirchnerismo van, y se alistan para una batalla que parece perdida de antemano.
La posibilidad de presidir el PJ no es casual para Cristina, lo necesita. La que tanto le dio al partido, durante más de una década, lo llenó de cargos, responsabilidades públicas y éxitos, hoy baja a presidir la estructura de manera estratégica en 2025 o quizás, por que no en 2027. El dedo ya se le quemó con la fallida experiencia de Alberto Fernández, ya nadie le permitirá bendecir a otro que no sea ella misma, Duka la empujó y ella va, replegarse nunca fue una opción.
Quisieron asesinarla, pero la bala no salió. Ella se animó a enfrentar al poder real, en lo que se pudo claro, ellos siempre pasan factura, y como no pudieron matarla, planean encarcelarla y sobre todo proscribirla, teniendo en cuenta que ya mide más de 40 puntos en la provincia de Buenos Aires y podría encabezar la lista de candidatos a diputados el año próximo. Pero no será lo mismo para afuera del país que se encarcele a una exmandataria por "supuestos actos de corrupción" que se deje sin posibilidad de competir a la jefa de la oposición. Sin ir muy lejos, cuando Maduro proscribió a Corina Machado todos dijeron que era un dictador, incluso la derecha acusadora.
El kirchnerismo y su brazo político ejecutor, La Cámpora tienen métodos de construcción política demasiado férreos. Siempre impusieron sus candidatos a dedo, jamás habilitaron internas, llevaron a todo el mundo a la raya, y terminaron llevándose la mejor tajada. El poder nunca es eterno, alguna vez se termina y alguna vez al circo le crecen los enanos. Kicillof, un soldado fiel hoy desafía el poder kirchnerista, y manda al Cuervo Larroque a armar, y buscar avales para enfrentar a Cristina. Dos ultrakirchneristas acérrimos, hoy a prudente distancia. Al menos amagan, para no ser arrasados, necesitan lugar en futuras listas y aval para intentar sacar a Milei de la presidencia.
El gobernador bonaerense cree que ya ha llegado su momento, reelecto por amplios márgenes, el próximo paso debería ser una candidatura presidencial. Cristina ya avisó que no cuidará lo nietos, jugará en 2025, y quizás también busque ser presidenta nuevamente, o no, pero eso será su decisión y mucho más adelante. Ambas cosas son incompatibles, lo saben, por ahora juegan un juego de ajedrez, donde los peones desafían a la dama, un solo movimiento de ella será jaque mate, luego decidirá hasta donde llega, pero abandonar partidas sin jugarlas, nunca fue una opción.
Fernando Paulo Viglierchio
Especial para RosariNoticias
