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La reacción final no le alcanzó a Central, que cayó 2 a 1 ante Defensa y Justicia

 


Por la fecha 17º de la Liga Profesional de Fútbol, Rosario Central cayó en Florencio Varela por 2 a 1 ante Defensa y Justicia. Con dos tantos de Miritello en el amanecer del partido y el descuento de Quintana en el complemento, el conjunto rosarino no hizo pie en una nueva derrota en rodeo ajeno. 

Como cada vez que sale de casa, Central perdía antes del primer cuarto de hora, no importa la jerarquía del rival, sólo que esta vez lo hacía por dos goles. Como para romper la racha adversa, no lo hizo antes de los '10, como suele suceder, hoy aguantó '11. "Coyote" Rodríguez fue desbordado, marcó mirando fijo la pelota, ni siquiera estiró la pierna para tratar de evitar el centro preciso y Miritello anticipó a Mallo adentró del área y sentenció a Broun con violento cabezazo. 

Sin que el conjunto auriazul pudiera reaccionar, y con Giaccone, Ibarra, Mallo y Broun de espectadores de lujo, el Halcón llegó al segundo cuando apenas se jugaban '15. Soto, que juega de 3 subió, el Laucha no lo siguió, Ibarra que andaba cerca lo miró fijo y no lo marcó, Miritello picó al vacío, Mallo no lo molestó ni Fatu salió a apurarlo, como para incomodarlo, palo opuesto y golazo. Medio equipo parado e impotente.

Había que cambiar libreto ante un equipo aterrado por la superioridad del rival un banco de suplentes perplejo. De que sirve seguir con doble 5 perdiendo 2 a 0, puede el equipo seguir con Copetti solo arriba sin que nadie lo acompañe. Lovera y Giaccone sin juntarse con él, no ayudando a la marca, todo por cambiar. El 9 se cansó de ir en busca de la pelota, quedó siempre en offiside, se enojó, primero se peleó con el Loncho Ferrari y más tarde con Lamolina, se fue al entretiempo amonestado y contrariado. 

Central jugó un pésimo primer tiempo, jugadores parados, que salieron a ver que pasaba, y lo que pasó fue que el rival literalmente lo pasó por arriba y le pegó un baile bárbaro. Llegó una sola vez al arco en todo el primer tiempo, con un disparo de Mallo desde afuera, bien contenido por Bologna. Ibarra y Ortíz nunca pudieron robar en la mitad, Coyote no tocó la pelota, Giaccone y Lovera pasearon por la cancha, y así es complejo. Sólo Malcorra y las ganas de Quintana como para salir del aplazo, el resto fue demasiado pobre. 

En el comienzo de la segunda mitad, las cosas siguieron de la misma manera, Defensa siguió siendo más y Central, sin cambios de jugadores ni esquema un equipo tirado en cancha. Hasta que de a poco el local comenzó a encontrarle el gusto a la victoria, fue cediendo terreno y balón y el visitante obligado fue. Marco Ruben entró a la cancha y enseguida tuvo la más clara hasta ahí, tras un preciso centro, el goleador eterno metió el frentazo, y Bologna llegó justo a desviar.

El conjunto de Lequi fue, con pocas ideas y saltando líneas, sea adueñó del control promediando la etapa final. El pibe Duarte le dio desborde y explosión, merece más minutos en cancha, es atrevido, desequilibrante y va siempre para adelante. Quintana descontó de cabeza tras un córner, con gran cabezazo y trajo ilusión. Como era lógico, el local apeló al catálogo de tiempo, supuestas lesiones, pelotas que no aparecían y todo eso a lo que el fútbol argentino nos tiene acostumbrados. 

El empate no llegó, pudo haber sido, se dispuso de alguna chance, pero no hubiera terminado siendo justo. Se jugaron '65 minutos muy malos y solo se logró algo de protagonismo cuando el rival, que había echo sólo 11 puntos hasta acá lo dejó venir. Muy poco para un equipo con mejor plantel que el rival, que cuando juega con equipos encumbrados se agranda, y cuando no lo hace iguala notablemente hacia abajo.        



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