Por la fecha 24ª de la Liga Profesional de Fútbol, Rosario Central visitó a Central Córdoba de Santiago del Estero en el Estadio Madre de Ciudades. El único tanto del partido fue convertido por Luca Martínez Dupuy, a poco del final. El Canalla nunca perdió ante El Ferroviario de visitante y el año pasado se consagró campeón, tras 37 años en ese terreno, sin dudas, un estadio que le sienta bien.
El primer tiempo resultó entretenido, de ida y vuelta, Central intentó jugar, basado en la nueva idea que intenta ponerle Holam, pero lo sufrió en defensa, donde dejó huecos indisimulables, que sólo por la mala puntería de los atacantes locales y una soberbia actuación de Fatu Broun no terminaron en ventaja para el local.
El elenco rosarino creó algo de fútbol, con Gómez asociándose con Malcorra y Lovera. Por izquierda estuvo el negocio de los auriazules, desde donde llegaron las ocasiones de gol. Copetti de media vuelta, un intento de taco que no llegó a conectar de pleno y un centro del 10 que Giaccone no llegó a conectar con precision fue lo mejor que tuvo el Canalla en la primera etapa.
Malcorra sintió un tirón en el abductor, y se suma a la larguísima lista de lesionados que tiene el conjunto de Arroyito de cara al final del torneo. Campaz en la fecha anterior, Duarte, Quintana y Mallo, ya afuera del torneo, Módica y Bravo recién para 2025. Es demasiado, el plantel debe recurrir algunos juveniles, a los que les falta experiencia y rodaje.
Holan imprime conceptos rápidos y la tenencia del balón es una de sus premisas, Central la tuvo mucho más, por momentos superó el 60%, y sin la pelota, el rival no te puede lastimar. Es cierto, no siempre va para adelante, triangula, la mueve de lado a lado, vuelve atrás si no logra desnivelar, pero no la rifa ni la pierde fácil. Los pases siempre buscan al compañero mejor ubicado, y se arriesga cuando hay cosas para ganar, muy positivo para un equipo en formación.
Ambos conjuntos sintieron el esfuerzo, se jugó bajo un calor agobiante, el aire y las piernas comenzaron a escasear. En el recambio ganó Central, los relevos ingresaron mejor que los de su rival, y ahí sacó diferencias. Caramelo pasó al medio y Barbieri entró en la zaga. La defensa ganó en seguridad y el medio en lucha, doble remedio para una sola dolencia. Luca Martínez Dupuy entró de 8, y fue mucho más que un intrascendente Giaccone.
Sobre el final, un tal Marco Gastón Ruben entró por un Copetti acalambrado, y el goleador eterno fue protagonista de la jugada que derivó en el tanto de apertura. El conjunto auriazul ganó un córner, ya con Lovera y Sandez en una pierna y sin más cambios. Agua para el molino. Marco picó y anticipó a su marca, sin pararla cedió al medio y mexicano que llegaba le metió justo el pie para elevarla por sobre el cuerpo del arquero y anotar el único tanto del encuentro.
Holan implantó una idea, jugar o intentarlo al menos. Planteó intensidad física, no todos lo resistieron, pero ese demostró ser el camino, para desarrollar ese juego quizás sea necesario tener otra preparación física, pero para eso falta. Habrá que planificar una buena pretemporada, acorde a ese tipo de juego. Por el momento, y con lo que le va quedando, sacó 4 puntos de 6 en juego, en dos partidos de visitante, no es poco para un Central que venía a los tumbos y no le ganaba a nadie. Vendrán desafíos más complejos, Racing y River en el horizonte inmediato, con un plantel diezmado, que hoy se dio el gusto de volver a festejar en terreno ajeno, como hace mucho no lo hacía.