García Solá fue ministro de Educación durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, sin embargo tuvo sus diferencias con el actual gobierno de Javier Milei, al denunciar "persecución ideológica" hacia becarios e investigadores. Esto llevó a que la entidad agropecuaria solicitara su renuncia, la cual hizo efectiva con una dura carta explicando los motivos de su apartamiento.
Le adjudicó su dimisión "no voluntaria" a su reclamo por "persecución ideológica" del oficialismo a la comunidad científica, la asfixia presupuestaria para la investigación, los despidos y la llamada "fuga de cerebros".
García Solá escribió una carta donde remarcó que “en la historia reciente de la humanidad jamás se alcanzó la libertad económica, que proclamamos en la SRA, sin libertad política, libertad de pensamiento y disenso democrático, sin respeto a las ideas de otros, sin tolerancia y sin justicia en la distribución de los bienes”.
Recordó que el reglamento del organismo establece que “los miembros del directorio actuarán con independencia de criterio y no en representación de sus proponentes. Y eso es lo que se hace en ese directorio, querido presidente: política científica y tecnología de más alto nivel”.