En septiembre, durante la campaña de Trump, funcionarios de inteligencia de EE.UU. habían advertido al entonces candidato “sobre amenazas reales y específicas por parte de Irán con el objeto de asesinarlo”. Desde el Gobierno iraní salieron a desmentirlo e indicaron que no es la primera vez que se realizan acusaciones falsas.
Según la denuncia presentada en los tribunales de Nueva York, uno de los tres acusados dijo que tenía el encargo de vigilar y matar a Trump, que no era el único objetivo.
En este sentido, el Departamento de Justicia de Estados Unidos denunció que Irán habría encargado a Farhad Shakeri una serie de asesinatos.
Según el documento de la denuncia, el 7 de octubre en el aniversario de la masacre de israelíes por parte de Hamas el año pasado en el sur de Israel, a Shakeri se le dio un plazo para idear un plan de asesinato.
Dijo a los investigadores que sus contactos de la Guardia Revolucionaria detuvieron el esfuerzo para tratar de matar a Trump cuando Shakeri no logró presentar un plan de acción sólido. Shakeri dijo que sus asesores creían que Trump perdería las elecciones y que sería más fácil perseguirlo una vez que hubiera sido derrotado, según la presentación.
Irán negó este sábado cualquier implicación en un intento de asesinato contra Donald Trump, así como contra antiguos o actuales funcionarios estadounidenses, después de que Estados Unidos acusase a un hombre vinculado a la Guardia Revolucionaria iraní de tramar un plan para asesinar al entonces candidato republicano.