Como lamentablemente ya es costumbre en vísperas de las fiestas, los servicios de transporte fueron una de las quejas más recurrentes por parte de las personas que se movilizaron en la madrugada. Si bien la Municipalidad dispuso estrictos controles, la mayoría de las unidades trabajaron como aplicación, y no bajo el fin para el cual se encuentra habilitado.
Así las cosas, miles de jóvenes que se movilizaban a las principales fiestas que se desarrollaron en la ciudad, una en el autódromo Municipal y la otra en el predio de la ex Rural, vieron como no se les otorgaban servicios cuando pedían un taxi, pero de hacerlo mediante aplicación llegaba una unidad que había decidido trabajar la noche cono Uber, Movi o Cabify.
De más está decir que los valores eran muy diferentes, ya que a pesar del aumento dispuesto la última semana, la mayoría de la unidades de taxi no habían podido modificar los relojes, por lo tanto se vieron obligadas a trabajar con "tarifa vieja" y decidieron no hacerlo. Por el contrario, las aplicaciones fijan tarifas por demanda, por lo tanto, los viajes la noche del 24 no bajaban de los 10 mil pesos, sea cual fuera la distancia a recorrer.
Casi que podría decirse que a la Municipalidad se le escapó la tortuga, "durmió" con la actualización tarifaria lanzándola demasiado sobre la marcha, y aún no ideó mecanismos para impedir que las unidades de taxis circulantes cumplan las funciones específicas para las que fueron habilitadas. Si bien en las pantallas de GPS de los organismos de control, podían estar circulando el número de unidades dispuesto, no la hacían bajo la modalidad de taxi.
