Los problemas entre el Gobierno y la vicepresidente, Victoria Villarruel viene desde el comienzo mismo del inicio del ciclo libertario al frente de la Casa Rosada. Durante la última sesión del Senado de la Nación, donde se expulsó al senador peronista, aliado al oficialismo, Eduardo Kueider, se produjo el último eslabón de una cadena de hechos indisimulables que recalentaron la interna del oficialismo.
El ataque del triángulo de hierro compuesto por los hermanos Milei y Santiago Caputo hacia la vicepresidente va in crescendo, a punto tal que luego de una novela acerca de cuándo se produjo el traspaso de mando aquel día, desde el círculo presidencial quisieron acusar a Villarruel de ejercer dos poderes al mismo tiempo, poniendo incluso en duda la validez de aquella sesión y hasta soñando con una destitución por mal desempeño.
En el día de ayer, el diputado de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro exhibió en la red social X la copia del acta de sucesión presidencial de Javier Milei, dado su viaje a Italia a participar de un evento de la derecha internacional y un encuentro con Giorgia Meloni. Allí se ve claramente, incluso con aclaración escrita de puño y letra por la vicepresidenta, que hace posesión de mando a las 19.00, y que toma conocimiento formal del acto en ese mismo momento.
Así las cosas, la mentira del Gobierno se cayó a pedazos, durante algunas semanas se negó a mostrar el acta oficial, difundiendo supuestos mensajes donde se informaba a la vicepresidenta del viaje presidencial. Se especulaba incluso que estando al mando del Poder Ejecutivo, Villarruel no debió haber presidido una sesión del Senado y que eso invalidaba todo, y la ponía en situación irregular, pero esto quedó definitivamente desechado.
