Frente al revuelo que generó dicho nombramiento, en el marco de un gobierno que apela permanentemente a la retórica de la honestidad y la transparencia, diversas fuentes del Poder Ejecutivo que consultó la autora de la nota de La Nación, esgrimieron como principal argumento para defender a Vázquez que su esposa "es una mujer de carrera, con más de 30 años en el organismo", pese a que tiene 44 años.
Asimismo, en la defensa del funcionario de la DGI dijeron también desde el Gobierno que "para hacer la purga que estamos haciendo se necesita gente de confianza", validando que facilitara el astronómico ascenso de nada menos que su esposa.
“Es razonable que quiera armar un equipo con gente de confianza, como hizo Martín Menem (titular de la Cámara de Diputados) con Sharif [Menem, su sobrino y mano derecha en el Congreso]”, sumaron como ejemplo desde el primer piso de la sede de Gobierno, según reveló la mencionada nota.