La actividad no es nueva, desde hace una década se repite de manera persistente, incluso ya tomaron intervención autoridades policiales en varias ocasiones. Sin embargo, numerosos vendedores ambulantes, vestidos con indumentaria de recolectores de residuos pululan por las calles de Rosario instando a la compra de bolsas, alegando ser trabajadores del servicio de recolección, algo que es falso.
Abusando de la buena fe de la gente, comercializan incluso sus productos bastante por encima de los precios de mercado, alegando que no les alcanza con lo que cobran por sus supuesto trabajo, y se abusan de la caridad de gente inocente, que cree que colabora con servidores públicos que le prestan un servicio poco remunerado.
La reiterada conducta, se realiza con diferentes grupos que se expanden caminando y vendiendo, en su mayoría en la zona céntrica. En los procedimientos, los agentes municipales generalmente van con policía adicional, se les requiere identificación y se procede a hacer el secuestro de la vestimenta y a veces también de las bolsas.
Detrás de ellos, hay una organización delictual, se aprovechan de gente sin trabajo estable, y del ardid que les permite sumar ventas, alegando pertenecer a un nucleamiento al que no pertenecen. Sus modales no son siempre los mejores, y suelen almorzar en Pueyrredón al 300, a pocas cuadra de Control Urbano, que sin embargo hace caso omiso a reiterada presencia.
